Tres días después de la pobreza del partido contra el Celta (0-2), la confusión sobre con qué quedarse afloraba también entre los futbolistas. En las reflexiones de Bellingham en la CBS, por ejemplo: “Creo que ha sido una señal. Conseguimos hacer un partido del que podemos estar un poco más orgullosos”, dijo. “Pero por supuesto no vamos a estar nunca felices o satisfechos con un buen partido si perdemos”.
En aquellos despachos del club tendentes a una intervención inminente, en las horas posteriores al partido se valoraba la mejoría, pero se señalaba la evidencia de los resultados y la intranquilidad que provocan. En los últimos ocho partidos, el Madrid suma dos victorias, tres derrotas y un empate (nueve puntos). Según los registros de Opta, el balance es ligeramente mejor que el del último entrenador que empezó una temporada y no la terminó. Lopetegui acumuló en sus últimos ocho encuentros en 2018 dos victorias, cinco derrotas y un empate (siete puntos). El anterior, Rafa Benítez, fue despedido los primeros días de 2016 con mejores resultados: seis victorias (aunque una fue la eliminación en Copa contra el Cádiz por alineación indebida), una derrota y un empate (19 puntos).
La situación no está tan deteriorada como entonces, ni mucho menos. En este punto, una de las principales preocupaciones de los rectores del club es la preparación física de la plantilla después de una pretemporada a la carrera tras el Mundial de Clubes y de que Antonio Pintus dejara paso al nuevo staff. Analizan los parámetros actuales, su incidencia en el rendimiento en los partidos y su posible relación con la larga lista de lesiones.
Xabi apuntó el miércoles de manera indirecta en la misma dirección: “Tenemos que ir recuperando poco a poco el estado anímico, el estado físico, a ver si los lesionados…”, dijo en la sala de prensa. Poco antes, en la CBS se había extendido algo más explicando cómo condiciona esto su proyecto: “Todavía estamos intentando establecer nuestras ideas, ser consistentes. De momento, como la mayoría de los jugadores tienen que jugar cada tres días, no llegamos a los partidos en las mejores condiciones y eso cambia un poco los pasos para desarrollar lo que queremos”.
Contra el City, la subida de intensidad, de más a menos con el paso de los minutos, fue muy notable. “. Agradezco mucho la actitud”, dijo Xabi. El Madrid presionó 186 veces, su cifra más alta esta Champions, por 154 del equipo de Guardiola, según Hudlstatsbomb. Fue el partido en el que más apretaron tres atacantes: Bellingham (29), Vinicius (26) y Gonzalo (20 en 57 minutos) sumaron 71 presiones.
En la derrota en Anfield (1-0), por ejemplo, el balance fue al revés: el Liverpool presionó 160 veces y el Real, 148. Los tres atacantes equivalentes de aquella noche sumaron 48 presiones: Bellingham (25), Vinicius (16) y Mbappé (7).
“Hay que tener mucha calma, porque esto es muy largo”, dijo el técnico el miércoles; “y lo que hoy parece de una manera puede cambiar en no tanto tiempo”. En el club hay despachos en esa línea, pero también otros donde aumenta la impaciencia por ejecutar algún cambio.