ULF Esports: salarios impagos de meses y amenazas a jugadores que quisieron denunciarlo

Un club de renombre, unas acusaciones públicas. Esto es todo lo que ha pasado con el escándalo de los impagos de ULF Esports.

Tayfun «Typhoon» Gümüş, jungler de ULF Esports, hizo público un relato detallado de los problemas de impago que ha sufrido junto a sus compañeros en el equipo de League of Legends de la organización. Su declaración marca el punto de quiebre de una situación que, según fuentes independientes confirmadas por Sheep Esports, ha estado gestándose durante meses entre promesas incumplidas, comunicación opaca y, más grave aún, amenazas a los jugadores para evitar que hablaran públicamente.

La historia de ULF Esports es la de una organización que llegó relativamente nueva al ecosistema turco hace apenas un año, compitió decentemente en el TCL (consiguiendo tercero en el Split de verano de 2025) y logró clasificarse para el EU Masters. Sin embargo, bajo la superficie, la estructura financiera de la organización estaba completamente rota.

«Cinco o seis meses sin cobrar»: el alcance real del problema

Según el testimonio de Typhoon, la situación es aún más grave de lo que la comunicación inicial sugería. Gori y Chasy, dos de sus compañeros en el equipo, no han recibido pago alguno durante cinco o seis meses. El propio Typhoon fue más afortunado relativamente: recibió solo un mes de salario durante el split, mientras que el resto del tiempo su compensación desapareció.

El patrón que describe Typhoon es el de una organización en colapso financiero total: se hace una promesa, se fija una fecha de pago, llega la fecha y nada sucede. Luego, la fecha se retrasa una semana más. Luego un mes más. Y así indefinidamente. «Trabajar con un equipo que tenía una gestión tan maliciosa fue una desgracia», declaró Typhoon en su mensaje público, una frase que resume la frustración acumulada.

Amenazas internas para silenciar a los jugadores

Lo más alarmante del relato de Typhoon es lo que sucedió cuando los jugadores consideraron hacer público el problema. Según su testimonio, la dirección de ULF les advirtió explícitamente que hablar públicamente los pondría «en una mala situación». Es decir, la organización utilizó intimidación como herramienta para mantener a los jugadores en silencio sobre una situación que constituye robo de salarios.

Más allá, cuando Typhoon fue ofrecida una propuesta de «solucionar» el problema a través de entregas parciales del dinero adeudado, le pidieron que firmara una declaración diciendo que no tenía «otras demandas». Un documento de exención que habría impedido cualquier acción legal futura. Typhoon se negó, lo que probablemente explica por qué decidió finalmente ir público.

Las amenazas son particularmente preocupantes en un contexto donde los jugadores de esports profesionales son relativamente vulnerables. Muchos dependen de sus contratos para vivir, y una amenaza velada de que «hablar pueda ser malo para ti» puede ser suficiente presión para silenciar a alguien.

Riot Games, aparentemente informado pero sin intervención

Según las fuentes de Sheep Esports, la dirección de ULF también afirmó que Riot Games estaba consciente de la situación. Sin embargo, Sheep Esports no pudo confirmar de forma independiente si esto era cierto o si simplemente era otra mentira de gestión para tranquilizar al roster. Si Riot realmente sabía y no intervino, eso plantea preguntas sobre la supervisión de Riot sobre las organizaciones que compiten en sus competiciones regionales.

Un patrón sistemático en el ecosistema europeo de tier 2

Este no es un incidente aislado. Durante 2025, múltiples organizaciones en las ERLs y el TCL han enfrentado acusaciones públicas de retrasos o impagos de salarios. FOG Esports (Albania) y BK ROG Esports (Francia) también han sido acusados públicamente de problemas similares. Lo que sucede en ULF es un síntoma de un problema sistémico más amplio: los equipos tier 2 de League of Legends operan con márgenes financieros tan ajustados que cualquier problema de flujo de efectivo resulta en caos total.

El problema es que Riot Games no parece tener mecanismos suficientemente robustos para garantizar que las organizaciones que compiten en sus competiciones regionales tengan solvencia financiera mínima garantizada. Las organizaciones pueden entrar, competir, pagar salarios de forma intermitente, y aparentemente poco sucede hasta que un jugador valiente como Typhoon decide exponerlo públicamente.

La respuesta de ULF Esports: negación

Onuralp Mehmet Kurt, fundador de ULF Esports, respondió públicamente a los reportes de Sheep Esports negando las acusaciones de retrasos en los pagos. Sin embargo, su negación es directa: no ofrece explicaciones alternativas, no presenta documentación de pagos, simplemente niega. Sheep Esports, por su parte, se mantiene firme en que su información proviene de múltiples fuentes independientes y anónimas.

Typhoon también sugiere que el equipo de Valorant de ULF enfrentó problemas de pago similares. Es relevante porque el equipo de Valorant de ULF acaba de clasificarse para VCT EMEA tras ganar Valorant Ascension. Si efectivamente enfrentó impagos, entonces una organización problemática financieramente acaba de ser promovida a la máxima competición del continente, lo que plantea nuevas preguntas.

La cultura de silencio en el sector

Lo que es más preocupante que los propios impagos es la cultura de silencio que ULF aparentemente intentó imponer. Los jugadores de esports son a menudo jóvenes, sin mucha experiencia en negociaciones laborales, y pueden ser fácilmente intimidados. Una organización que amenaza a sus empleados por hablar sobre robo de salarios está operando fuera de cualquier norma ética aceptable.

Typhoon merecía respeto al decidir hacer público algo que sabía podría traerle consecuencias. Su valor podría impulsar cambios en cómo se regulan y supervisan las organizaciones tier 2.

Preguntas sin respuesta

¿Cuánto dinero exactamente deben los jugadores de ULF? ¿Hay un plan real para recuperar los fondos adeudados? ¿Riot Games tomará acciones disciplinarias contra ULF por permitir que sus jugadores trabajaran sin compensación? ¿Otros equipos en TCL o ERLs tienen problemas similares? Estas preguntas permanecen sin respuesta mientras Typhoon y sus compañeros esperan justicia.